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Preparado natural elaborado con distintas plantas medicinales que ayudan a paliar los síntomas de la ansiedad.
Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. La ansiedad es un sentimiento de temor, miedo e inquietud, una reacción de alerta ante ciertas situaciones. Es un mecanismo universal, que se produce en todas las personas, es normal, adaptativo que mejora el rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta. Por ejemplo es normal sentirse ansioso cuando uno va a enfrentarse a un examen, o antes de tomar una importante decisión.
La ansiedad ayuda a tomar las medidas convenientes según el caso y la naturaleza del riesgo o del peligro. Como mecanismo de adaptación, es buena, funcional, normal y no representa ningún problema.
Sin embargo para otras personas los trastornos de ansiedad no son un estado temporal y puede resultar angustioso y desolador. Este mecanismo funciona de forma alterada ocasionando problemas de salud y, en lugar de ayudar, incapacita.
Estos sentimientos de ansiedad y pánico pueden interferir con las actividades diarias (trabajo, colegio, relaciones con las personas), son complicados de controlar y pueden durar un largo tiempo.
La ansiedad es una respuesta del organismo ante situaciones límites, caracterizada por una sensación de leve angustia o miedo, aceleración del ritmo cardiaco y respiración, así como una sensación de flojera o sudoración.
La ansiedad puede ocurrir cuando una persona teme que algo malo va a suceder y se ha relacionado con el estrés. Además de los sentimientos de miedo y preocupación, a menudo también hay síntomas físicos, como la tensión muscular.
Los signos y síntomas pueden variar de una persona a otra. Lo más habitual es que la primera vez que uno sufre un ataque de ansiedad y no reconozca los síntomas, acuda a urgencias ante la posibilidad de que se trate de un infarto. Pero cuando ya se ha sufrido en alguna que otra ocasión uno ya sabe como controlar la situación.
En primer lugar, uno debe de mantener la calma y no dejarse llevar por el miedo, tratando de normalizar la respiración inspirando por la nariz y expirando por la boca de manera rítmica y pausada.
Entre los síntomas y signos más comunes se incluyen:
El mundo vegetal brinda muy buenas opciones para relajarnos. La ansiedad es un estado mental muy desagradable en el que se experimentan diversos síntomas como: intranquilidad, agobio, nerviosismo, taquicardias.
Entre las principales plantas que pueden utilizarse para aliviar todos estos síntomas negativos y mejorar el bienestar destacan entre otras: manzanilla, caléndula, valeriana, melisa, agripalma, lavanda, tila o tilo y hierba luisa.
Además de estas plantas existen infusiones o tés relajantes que ayudan a estar más tranquilo, calmado y relajado.
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Abrir todas las bolsitas y mezclar bien todas las hierbas. En un recipiente al fuego con 3 tazones de agua (vaso de 250 ml.) verter 3 cucharadas soperas de la mezcla y hervir durante 10 minutos. Retirar del fuego y dejar reposar durante 20 minutos. Colar y tomar un vaso por la mañana, otro a mediodía y otro por la noche. Se puede tomar del tiempo o, preferentemente, caliente. Si siente la necesidad de endulzar la toma, se recomiendan edulcorantes naturales: estevia, miel, panela o azúcar integral de caña.
Son muchas las personas que sufren de ansiedad crónica, enfrentándose a síntomas como nerviosismo, agitación, tensión, corazón acelerado y dolor en el pecho.
La obtención de un buen diagnóstico preciso, garantiza que la persona reciba el mejor tratamiento.
Cada vez hay más personas que buscan alternativas naturales y saludables, métodos que siempre han estado allí, que ayudan a sentirse mucho mejor con uno mismo.
Existen remedios naturales que junto con las terapias médicas pueden ayudar a sobrellevar de mejor manera esta situación:
Los trastornos de ansiedad en la mayor parte de los casos se curan en un tiempo razonable dependiendo del trastorno, severidad y colaboración del paciente. El tiempo de tratamiento no suele exceder de los dos meses.
Realizar cambios en el estilo de vida como mejorar los hábitos de sueño, incrementar el apoyo social, utilizar técnicas para reducir el estrés y hacer actividad física de manera habitual, también pueden ser de ayuda.
Si la ansiedad llega a interferir con las actividades cotidianas o con la alegría de vivir, quizá sea necesario consultar con el médico, solicitar apoyo psicológico o asesoramiento terapéutico, medicación u otro tipo de tratamiento.
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